The riverside reflection in Kilkenny, Ireland Edward Dullard, fotografía |
La historia al interior de un día
Nadie sabía el nombre de este día;
Nacido en el silencio de la noche más profunda,
Escondió su rostro a la luz,
No exigiendo nada para sí mismo,
Dispuesto a ofrecer a cada uno de nosotros
Un campo brillante camino al futuro,
Proveyendo a tiempo, se postra en tierra para sostener nuestros pasos
E ilumina el pensamiento para mostrar el camino.
El día no procura ninguna atención;
Habita en el silencio con elegancia
Para crear un espacio para todas nuestras palabras,
Procurando que escuchemos hacia adentro y hacia afuera.
Rara vez nos damos cuenta de cómo cada día es un lugar sagrado
Cuando la eucaristía * de lo común sucede,
Nuestros fragmentos rotos se transforman
En una continuidad eterna que nos guarda.
En algún lugar dentro de nosotros una dignidad preside
Ésta es mayor gracia que la pequeñez
Ella consume el miedo y da la fuerza,
Una dignidad que confía en la forma que toma el día.
Así que al final de este día, damos gracias
Por estar comprometidos con lo desconocido
Y para el trabajo secreto
A través del cual la mente del día
Y la sabiduría del alma se hacen uno.
* * *
(Bendice el espacio entre nosotros)
* Eucaristía: acción de gracias
* * *